Pequeño aperitivo lector
A mi abuela Inés le gustaba leer y a mi abuelo Pepe también, aunque él solo leía libros muy escogidos y se pasaba semanas con cada uno. Mi madre lee mucho y mi padre, amante de la física, tiene su pequeña biblioteca sobre todo poblada por sus queridos Asimov y Einstein. Yo no he puesto ningún esfuerzo en zafarme de este hábito, así que no os sorprenderá que a nuestra carta le añadamos ahora y una vez al mes en este blog, unas recomendaciones lectoras. Era cuestión de tiempo 🙂
El tema, rico en perspectivas y profundo, no podía ser otro: la alimentación. Dicen que no es bueno comer mucho de una sentada así que he escogido solo dos libros como menú del mes, y en ningún caso os traeré más de tres libros de una sentada. Los textos de enero son: La digestión es la cuestión y Elogio de la hospitalidad, ambos escritos por mujeres, Giulia Enders el primero y Priya Basil el segundo. Los dos se complementan, uno nos lleva al interior de nuestro cuerpo a nuestro tracto gastrointestinal (que define como el más olvidado de los tres tubos en que consistimos, los otros dos: el sistema nervioso y el sistema de vasos sanguíneos). Y el otro se va al espíritu, a todo lo afectivo y simbólico que hay en el alimentarse y en el alimentarnos juntos, prestando especial atención a la generosidad y la hospitalidad.
Allá vamos, bon appétit!
La digestión es la cuestión, Giulia Enders
Después de leer este libro te das cuenta de la suerte que tenemos de que a ciertas personas les dé por ponerse a escribir. Giulia Enders es investigadora en el Instituto de Microbiología en Francfort y en 2012 dio una conferencia con el mismo título que le hizo ganar un premio y con la que tuvo un éxito arrollador en You Tube. De ahí nace este libro, 300 páginas salpimentadas con ilustraciones donde nos explica nuestro tracto gastrointestinal de comienzo a fin. Humor, descubrimientos, prejuicios heredados, creencias que ya han sido desmentidas en los círculos científicos… Por poner unos ejemplos... ¿sabías que la intolerancia a la fructosa puede estar relacionada con las depresiones? ¿Te han explicado alguna vez a nivel celular cómo es que desarrollamos alergias? ¡La saliva es anestésica! (aunque muy poquito) Y nuestros wcs fueron diseñados allá por siglo XIX cuando los retretes turcos eran denostados por prehistóricos (aunque se adaptan mucho mejor a nuestra anatomía).
No creo que sea fácil hacer atractivas para el público la anatomía o las peculiaridades del tracto gastrointestinal, sin embargo, creedme, Enders lo consigue. Las ilustraciones de Jill Enders (autora del monigote que abre este artículo) y la propia escritura de Giulia, que es sencilla y llena de humor, hacen de la lección un cuento. Y no contenta con conseguir eso, pone sobre la mesa un asunto de salud importantísimo del que se habla MUY poco. ¡Bravo Giulia! ¡Leedla! Vais a enamoraros de vuestro organismo.
Elogio de la hospitalidad, Priya Basil
Si finalmente leéis este libro tendréis en vuestras manos la edición de Alfabeto, en cuya solapa interior veréis antes de comenzar la lectura una foto de Priya Basil. Solo con esa imagen podréis haceros una idea de la atmósfera tierna y sensible que recorre todo el librito. Son 132 páginas de recuerdos y reflexiones de una mujer cuya familia es originaria de la India, que nació en Londres, creció en Kenia y actualmente vive en Berlín. No hay capítulos, cada fragmento se separa por unos diminutos símbolos que a veces recuerdan a hojitas de cilantro, otras a cebolletas, también a cacerolillas o a pucheros, a cucharones de servir o a hierbas y flores varias.
Sus reflexiones giran en torno a un tema: la comida y el sentido de la generosidad, aunque hay infinidad de hilos que quedan abiertos sobre cuestiones que darían para otros tantos libros. Todo parte de su abuela materna, asegura, “firme creyente en el estómago como vía única de acceder al corazón”. Priya se da cuenta, entre otras cosas, de que el cómo cocinamos y comemos con los demás es una de las formas más tangibles de medir nuestra generosidad. De que el tipo y la cantidad de alimentos, el cómo y el a quién cocinamos, definen la hospitalidad en la mesa y más allá. Relata cómo el comer, en su familia, era una forma de vida y que para los sijs, credo al que su familia pertenece, ofrecer comida a cualquiera que acuda a sus templos es un ritual ancestral, sea quien sea, venga de donde venga. Es inspirador seguir con ella el hilo de sus reflexiones como quien pasea por una cocina enorme y se para a oler cada olla y cada tazón. Y también inspira comprobar lo lúcida que es esa relación entre la comida y el sentido de la generosidad que establece como núcleo del libro. Leerla es como tomar un sopa caliente un día de frío.
Sí, yo también creo que es importante devolverle una y otra vez al acto de comer su dimensión simbólica y espiritual. Sin olvidar nuestro cuerpo, ese compañero del que tanto desconocemos. Hasta aquí las recomendaciones de enero, me despido con el deseo de que nunca os falten los libros en el menú de la vida 🙂
Abrazos ricos en minerales, hidratos y proteínas,
Zariana